martes, 25 de marzo de 2008

Día II

En mucha ocasiones los animales se han convertido en un símbolo más de consumo: sus pieles y órganos se han expuesto como una mercancía de la cual no importa los bienes lucrativos a obtener sin importar su extinción. En los correos electrónicos que reviso a diario el tema sobre la protección o el maltrato animal es constante, pues siempre llegan cartas con peticiones de firmas para dar justicia a animales que sufren brutalmente de actos inhumanos que en muchos casos quedan en la impunidad. Nuestra sociedad ignora eso, inclusive el ego humano ha llegado a tal punto que cualquier especie que crea conveniente para explotar en beneficio propio es sometida, pues no puede existir ninguna competencia animal que arrebate el heroísmo del hombre ni niegue su “inteligencia”.














































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